Entendemos por innovación la selección, organización y utilización creativas
de recursos humanos y materiales de maneras nuevas y propias, que den como
resultado la conquista de un nivel más alto con respecto a las metas y
objetivos previamente marcados.
Una innovación para ser considerada como tal necesita:
Esto establecerá la diferencia entre simples novedades (cambios superficiales) y la auténtica innovación.
Una innovación para ser considerada como tal necesita:
- ser duradera,
- tener un alto índice de utilización
- estar relacionada con mejoras sustanciales de la práctica profesional.
Esto establecerá la diferencia entre simples novedades (cambios superficiales) y la auténtica innovación.
La innovación no es algo que se deja al azar o la improvisación, sino que se
planifica para aumentar las probabilidades de lograr el cambio deseado. El
sentido realista hará que los objetivos se adapten a la realidad en la que la
innovación se implante, para lo cual se requiere un profundo conocimiento de
las características, de su funcionamiento en relación con el contexto en que se
desarrolla. La innovación es, antes que nada, un proceso de instalación y adaptación
de un programa a la realidad local.